viernes, 22 de mayo de 2009

CRISTO REY AÑO 2000
El cristo en construcción


Lic. Pedro Rivera Briseño



Los brazos abiertos del Cristo Rey acogen a Tijuana desde la iglesia de San Martín de Porres ubicada en la colonia Los Álamos.

Su creador fue el presbítero Antonio Mata Villegas, originario de Panindícuaro, Michoacán, quien fue ganador post mortem de la Medalla al Mérito Cívico 2008. (Murió el 10 de abril de 2008).

Desde varios puntos de la ciudad se puede admirar el Cristo, hecho de fibra de vidrio que mide desde su base 23 metros 30 cm., la pura cabeza mide 3 metros y en su mano cabe un hombre acostado; desde la perspectiva actual, no parece tan grande. Se montó en capas de dos metros, una por una hasta lograr completarla.

En 1 de enero de 1986 el presbítero Antonio Mata Villegas fue nombrado párroco de la parroquia de San Martín de Porres, por el segundo obispo de Tijuana, excelentísimo Juan Jesús Posadas Ocampo.

De ser una pequeña construcción quedó en una hermosa iglesia, con sus torres, cúpulas, kiosco, arcos, capilla Cristo Rey y criptas. Tanto en el interior como exterior el contribuyó al mejoramiento de la iglesia para el bien de la comunidad.

En 1997 inició un gran proyecto para crear un Cristo Rey, que mide 23.30 metros y pesa aproximadamente 9 toneladas. Los materiales utilizados para la elaboración fueron resina, yeso y fibra de vidrio.

En la narración que hace su sobrina María de Jesús Durán Mata, explica que los trabajos de inicio de construcción del Cristo comenzaron el 26 de febrero de 1997 y se terminó en marzo de 1999, se colocó el 10 de mayo del 2000, por lo que a partir de entonces se le denominó “Cristo Rey Año 2000”.

Cabe señalar que el Cristo ha sido nombrado “Monumento Histórico de Tijuana”, está publicado en el libro “La ruta de los monumentos históricos de Tijuana” del autor Julio Rodríguez Barajas, Editorial IMAC.
Su último trabajo en la capilla “Cristo Rey año 2000” en su diseño tanto interior como exterior fue su idea, así como el diseño de los ángeles, puertas, vitrales, pinturas e imágenes y las criptas.

Desde su llegada a la parroquia de San Martín de Porres el padre Antonio Mata Villegas, decidió evangelizar, atender grupos parroquiales y participar activamente en la vida espiritual de la iglesia.

Sin esperar más tiempo decidió bardear el terreno, construir arcos, exteriores e interiores, el kiosco, las torres y las cúpulas de la iglesia, fuente, vitrales, entre ellos uno de la Virgen de Guadalupe, salones parroquiales, casa parroquial, cocina-comedor. Llevándose para su construcción total un periodo de 15 años.
La construcción del Cristo Rey se considera una inspiración personal del Padre Antonio Mata Villegas, el diseño tanto del Cristo como de los Ángeles fue de él, un sueño; el de lograr la Plaza de Cristo Rey que constara de la imagen de Cristo Rey, su capilla y 28 ángeles rodeando la plaza y criptas para depositar urnas con cenizas.

Construido por los artistas Sr. Virginio Ramírez e hijos la bella imagen recuerda el Cristo del Cerro del Cubilete en Guanajuato o quizás el de Córdova en Brasil.
Los 28 ángeles que fueron colocados en forma de herradura en su alrededor fueron donados en su mayoría por bienhechores y también por los feligreses a la comunidad parroquial.

En la parte frontal de la capilla se pueden apreciar los vitrales de la Ascensión del Señor, la Crucifixión y Jesús bajado de la Cruz.

El padre Antonio Mata Villegas dijo: “Yo quiero dejarles un recuerdo a la comunidad y a todas las personas que pasen por ahí, para que vean a Cristo Rey con sus brazos abiertos”.
En el interior de la capilla se observa la pintura “El Juicio Final” de Miguel Ángel, réplica de la Capilla Sixtina, que se encuentra ubicada en el Palacio de los Apostólicos de Ciudad del Vaticano en Italia.

Cristo Rey en la actualidad


Fuentes: www.el-mexicano.com.mx/noticias/estatal/2008/12/28/cristo-rey-ano-2000.aspx - 64k –

http://www.lacruzdecal.com/ed/articles/2003/0803fp.htm

sábado, 16 de mayo de 2009

EL TRAILERO DE LA RUMOROSA

Lic. Pedro Rivera Briseño

Hace mucho tiempo, sobre la carretera de La Rumorosa, un trailero manejaba a toda velocidad rumbo a Mexicali, pues su esposa estaba a punto de dar a luz y quería llegar rápido a su casa, ya que llevaba dinero para lo que se ofreciera, mas cuando iba a tomar una peligrosa curva perdió el control y se estrelló contra unas rocas.


El chofer se bajó del trailer todo aturdido, se miró el cuerpo y se alegró al darse cuenta que no le había pasado nada. Entonces esperó a que pasara alguien para que le ayudara o lo llevara a la ciudad, pero durante mucho tiempo nadie cruzó aquellos cerros. El hombre se quedó dormido y cuando despertó se sorprendió al ver todo oscuro; no entendía qué pasaba así que decidió caminar, caminó y caminó, avanzó una buena distancia, sabía que la salida de La Rumorosa estaba cerca y sin embargo, cuando se dio cuenta se encontró en el mismo lugar del accidente..

A los tres días hallaron el camión pero no al conductor; de él no se supo nada. Hasta que en una ocasión, años más tarde, un muchacho que manejaba un trailer se detuvo porque un hombre le hizo señas.

—Amigo, me llamo Francisco Vázquez y necesito con urgencia que mi mujer reciba un dinero porque va a tener un niño. Yo no puedo ir, mi trailer se descompuso y no lo puedo dejar aquí.

—Sí, señor, con gusto se lo llevaré —contestó el muchacho— sólo dígame dónde vive su señora.
El hombre le entregó un papel en el que anotó la dirección y el nombre de su esposa. Al despedirse, el joven sintió que un escalofrío le recorría la espalda, pues al darle la mano, el señor estaba tan frío como un muerto. El muchacho no le dio importancia, subió a su trailer y se encaminó a la ciudad de Mexicali.

Al día siguiente, fue a buscar a la señora pero no la encontró; alguien le dijo que ya no vivía ahí, que hacía tiempo se había cambiado. Sin darse por vencido, preguntó en varios lugares hasta que, por las señas del papel, una anciana le indicó dónde vivía. Al llegar dio unos golpes en la puerta y esperó a que le abrieran.

— ¿Dígame joven? —le preguntó la señora.
—Perdone, ¿aquí vive la esposa del señor Francisco Vázquez?
—Soy yo —contestó ella— ¿qué se le ofrece?
—Ayer en la carretera, su esposo me pidió que le trajera este dinero, porque se le descompuso el trailer...
— ¡No puede ser! —Lo interrumpió la señora tapándose la boca—. Mi marido murió hace cinco años.

Al muchacho le temblaron las piernas, le dejó el dinero a la señora, que se puso a llorar, y se fue para su casa todo asustado. Cuando llegó, apenas había cerrado la puerta cuando descubrió frente a él al trailero de la carretera y brincó espantado; sentía que una fuerza extraña lo invadía.

— ¡Gracias, amigo! —le dijo el muerto con voz cavernosa, mientras desaparecía.

El joven podía escuchar los latidos de su corazón y tardó un buen rato en recuperarse de la impresión. Tiempo después, al platicar con unos amigos, se enteró de que el trailero ya se les había aparecido a otros hombres, mismos que no habían cumplido el encargo del muerto, por eso se les fue secando el cuerpo hasta quedar como esqueletos.

FUENTE: Tomado del libro La Rumorosa y los aparecidos. Textos de Rubén Fischer. Puedes consultar el resto de las leyendas en esta dirección electrónica:

http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/litinf/rumorosa/html/sec_3.htm

viernes, 1 de mayo de 2009

TIJUANA TERCER MILENIO


Lic. Pedro Rivera Briseño

Se trata de la figura de una mujer parada entre las casas construidas frente a la carretera que conduce al aeropuerto de Tijuana. Emerge sobre una ladera algo empinada, muestra un tamaño descomunal, luce formas perfectas y está totalmente desnuda, lo que en conjunto la convierte en un importante atractivo visual para residentes y visitantes. Esta escultura es visible desde una gran distancia y se ubica en la calle Ensenada de la Colonia Aeropuerto, en el extremo norte de esta ciudad fronteriza.

La escultura fue denominada como Tijuana Tercer Milenio, conocida de manera popular como La Mona o La Mujer Blanca, obra de un artista local. Creada con el propósito de celebrar el centenario de la ciudad, inició su realización en el verano de 1988 y se concluyó e inauguró en marzo de 1990. Se le considera una obra escultórica única debido a sus enormes dimensiones -supera los 17 m de altura-, estética y con un fin utilitario.

En realidad es una vivienda muy especial, pues cuenta con cuatro niveles bien distribuidos y comunicados: en la cabeza está la oficina, en el pecho una recámara con dos camas, en el estómago la cocina y en los glúteos se ubican los sanitarios, como una alusión a la vida real. Su construcción, además de contar con escasos recursos económicos, representó diversos problemas, pues requirió técnicas especiales, que fueron adaptadas por su creador Armando Muñoz García, quien invirtió casi dos años de trabajo intenso para concluir ésta, su primera obra monumental. Y no fue para menos, pues la cantidad de material utilizado alcanza en total un peso cercano a las 18 toneladas.


El autor de tan llamativa mujer es un orgulloso nativo de Tijuana que desde muy joven se inició en la pintura, además de haber incursionado en la escultura, la actuación en teatro, la literatura y todo lo productivo que su tiempo libre e imaginación le permitían hacer. Argumenta que la obra resultó un enorme esfuerzo individual sólo posible por el apoyo familiar y de algunas personas que creyeron en su proyecto.

Fuente: México desconocido No. 321 / noviembre 2003