jueves, 22 de enero de 2009


Los Pachucos de la “Morelos”
La colonia Morelos y los pachucos que yo percibí.
Lic. Pedro Rivera Briseño


“El pachuco no quiere volver a su origen mexicano; tampoco -al menos en apariencia- desea fundirse a la vida estadounidense. Todo en él es impulso que se niega a sí mismo, nudo de contradicciones, enigma. Y el primer enigma es su nombre mismo: pachuco, vocablo de incierta filiación, que dice nada y dice todo... Queramos o no, estos seres son mexicanos, uno de los extremos a que puede llegar el mexicano.” Octavio Paz, El Laberinto de la Soledad (uno de los nueve ensayos que contiene, llamado: “el pachuco y otros extremos”)



“El auge de los Pachucos fue en los años 40's y 50's, la subcultura Pachuco disminuyó en los años 60's y principios de los años 70's, debido a la recesión y la naturaleza cada vez más violenta de vida de las pandillas en la frontera pues las bandas México-estadounidenses adoptaron un uniforme de camisas de franela y khakis o pantalones de mezclilla holgados, y un paliacate en la frente y que representaba la imagen del obrero en los Estados Unidos es así como surge el Cholo evolución del Pachuco y es así como el Pachuco iba realmente muriendo”. –Les recomiendo una película de Daniel Valdez que se llama Zoot Suit, que habla precisamente de la subcultura de los Chucos o Pachucos en los cuarentas en los Estados Unidos-.


“La etimología de la palabra pachuco proviene del náhuatl: Pachuco (< náhuatl pachoacan [lugar donde se gobierna] <) quizá queriendo connotar que el pachuco gobierna algo (un burdel, un casino, su barrio)” Wikipedia. Nada que ver con el gentilicio de Pachuca, Hidalgo que significa etimológicamente “lugar de plata y oro”
El Pachuco que yo conocí en los albores de los sesentas y primeros años de mi infancia, nada tenían que ver con el gusto de la música como el Boggie, el Swing, el Mambo o el Danzón, su música preferida era el Rock and Rol y sus “ranflas” (automóviles) bien arreglados y limpios. Pantalones muy ajustados al cuerpo, cortos arriba del tobillo, calcetines llamativos y cabello “envaselinado” con copete prominente a la Elvis Presley ícono de la época.


Luego vinieron los levis Strauss y chamarras de cuero a prueba de navajazos.


Nada que ver con una película protagonizada por Germán Valdez “Tin Tan” en la cual llevaba ropa llamativa, el cual consistía en un traje con pantalón muy holgado, pero ceñido muy arriba de la cintura y en los tobillos, un saco largo con amplias solapas, y hombros amplios, acolchados, llamado Zoot Suit, se vestía con un sombrero tipo italiano y adornado con una pluma, el pantalón se vestía con tirantes y se adornaba con largas cadenas a un costado, y se utilizaba con zapatos estilo francés bicolor generalmente blanco y negro.


Retomando citas de Octavio Paz de su libro El Laberinto de la Soledad (la Primera edición se publicó en 1950 por Cuadernos Americanos) este describe lo siguiente: “Los pachucos eran bandas de jóvenes, generalmente de origen mexicano que viven en las ciudades del sur y se singularizan tanto como su vestimenta como por la conducta y el lenguaje”.


“Rebeldes instintivos, contra ellos se ha cebado más de una vez el racismo norteamericano. Pero los pachucos no reivindican su raza ni la nacionalidad de sus antepasados… el pachuco no quiere volver a su origen mexicano; tampoco –al menos en apariencia- desea fundirse a la vida norteamericana. Todo en el es impulso que se niega a sí mismo, nudo de contradicciones, enigma. Y el primer enigma es su nombre mismo: pachuco, vocablo de incierta filiación, que dice nada y dice todo… queramos o no estos seres son mexicanos, uno de los extremos a que puede llegar el mexicano (…)”


Los pachucos tienen su origen en los Ángeles, California. Extendiéndose esta subcultura al resto de las principales ciudades fronterizas de México con Estados Unidos, principalmente Tijuana y Cd. Juárez.


No aceptados y además temidos por la sociedad, empezaron a utilizar el lenguaje conocido como el Spanglish (Mezcla anacrónica de inglés y español) “porque se le olvidaba en gran parte el español”, en una película de Cantinflas exhibida en 1951 intitulada “Si yo fuera Diputado”, escribe este ilustre personaje al frente de su peluquería: “Para pachucos no hay servisio (sic) porque me caen gordos”.


En la colonia Morelos (Tijuana) había pachucos de dos clases: los bien vestidos y “los malillas”, pero tenían en común su falta de identidad, el gusto por la cerveza, alcohol y/o por la marihuana en la mayoría de los casos, asimismo las clásicas peleas por la defensa del terreno o el celo por “las morras” defendiendo la ética de la pelea uno a uno, “El tiro derecho”. Aunque el pachuco “malilla” a mi juicio se distinguía por su forma de caminar un poco encorvado meciendo rítmicamente sus hombros de un lado a otro -¿Qué onda loco?, ayer me “filerié” a un “bato” de la “Liber” por andar de “felón” con mi “ruca” en un “borlo” allá por el “Luna Park”, además “en la faena el loco” me llenó de “mole” mi “chevy” y “mi jefe” en la mañana, torció “la acción” al salir del “cantón” cuando se iba al “jale” y me “cagó el palo” pero la “desafané loco”, lo bueno que no olía a “grifa” porque le eché “flit” a la ranfla” … -lo anterior fue uno de los tantos relatos de aquella época que yo escuché.


Y a propósito de la marihuana o “grifa”, ya sea abiertamente o de manera discreta, Tin Tan hizo referencia al consumo de la marihuana, corporal o verbalmente. Si bien en las contadas películas donde actuó como pachuco hizo alusión, a muchas otras, las de la etapa pospachuco, también brotan de manera irreverente las menciones al hecho del consumo de la marihuana. Películas muy del gusto de los pachucos de los sesentas época a la cual hago referencia.


En las siguientes películas aparece Tin Tan evocando su gusto, él decía de manera irónica: “Yo tengo treinta años fumándola y no se me ha hecho vicio” (por la marihuana).


Me toco presenciar en el parque –hoy conocido como 18 de marzo- pleitos “campales”, a cadenazos, no únicamente entre los varones, sino también con mujeres al pasar por este sitio en mi paso de la escuela primaria “José María Larroque” (donde yo estudié) hacia mi casa.


En la referida Colonia Morelos, allá por las calles Manuel Acuña y Gómez Farías, se encontraba la peluquería de “Don Pancho” -la más popular de la colonia- también llegaban pachucos “a alinearse el peluquín” al final se quedaban viendo al espejo, satisfechos pagaban y se despedían con un fuerte e inconfundible aroma a “Fish” (brillantina liquida o sólida, muy en boga en las peluquerías populares de la época.)


Pero los pachucos también lloraban. En Tijuana, particularmente en la colonia Morelos (La More…) había una gran afición por el boxeo, principalmente por un joven llamado Gaspar Benítez Ortega “El Indio Ortega” (vivía en la Morelos) el cual se entregaba con todo el corazón en cada combate. (Me cuenta mi familia, yo prefería jugar a las canicas o ver la serie “Combat” estelarizada por el actor Vic Morrow).


En alguna ocasión supe por ahí que se fue de Tijuana con una bolsa de sándwiches y cinco dólares en pesetas en un autobús de Greyhound a conquistar el boxeo en el Madison Square Garden de Nueva York, en los sesentas. (El lo decía cuando lo entrevistaban y cuando salían a colación sus dificultades para descollar en el boxeo a nivel mundial)


Pocos pueden presumir de haber derrotado a legendarios ex campeones mundiales como Tony de Marco (dos veces), Kid Gavilán y Benny Kid Paret, así como a Isaac Logart y Johnny Gonsalves, y el "Indio" lo hizo.


Nacido en Mexicali, pero criado en Tijuana, me dicen que tuvo 10 hermanos y que ocultó su apellido paterno Benítez para usar el de su madre y así evitar que pudieran oponerse.
Se enfrentó a nueve campeones del mundo -cayó ante Emile Griffith, en su única oportunidad titular-. Su competitividad le hizo el preferido de las transmisiones por TV en Estados Unidos, por lo cual se le vio en 44 emisiones a nivel nacional.


Cuando se enfrentó a Griffith (un negrazo de las Islas Vírgenes) algunos pachucos que yo conocí, estando bien marihuanos, lloraban muy tristes por la derrota del “Indio Ortega”, allá por el callejón Huitzilac de la inolvidable Colonia Morelos.


Gaspar "Indio" Ortega fue de los peleadores más activos de su época, llegó a pelear 22 veces por año, en 1962 y 1963. Pero en 1964 subió al ring hasta en 29 ocasiones.Sus padres eran de origen zapoteca (Oaxaca) muy pobres se vinieron de Mexicali hacia Tijuana para ver si mejoraba su situación económica. Era el gran ídolo de los jóvenes pachucos, sobre todo, de aquellos que les gustaba “la camorra callejera”


Él estudió en la escuela primaria de la Colonia Morelos -donde yo asistí-, y según me relatan, su padre era un humilde hombre dedicado a la construcción. Gaspar iba a la escuela descalzo, porque su familia no tenía para comprarle zapatos y por esa razón se burlaban de él y le llamaban “indio” por su figura desaliñada, por su origen Zapoteca y además como ya apunté, por ir sin zapatos a la escuela, su infancia en esas condiciones debió ser muy triste para él y su familia. (Curiosamente nació un día de las brujas del año 1935)


Era la época en que los pachucos eran acosados por la policía, dada su actitud de rebeldía y de lastre social, solo que, muchos de los jóvenes, los bien vestidos pero copetones, también sufrían las consecuencias del tan mentado art. 145 y 145 bis, que versaba sobre la llamada disolución social, tan cuestionada durante el periodo gubernamental del presidente Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) y por cierto, de triste recuerdo.


Cualquier joven en ese tiempo que era sorprendido “en bola” en cualquier sitio ya sea en la calle o en frente de su casa por la noche tomando cerveza o fumando marihuana o sin lo anterior era “levantado” y trasladado en las llamadas “Julias” –patrullas tipo panel, sin ventanas laterales ni traseras- a la demarcación de policía de la famosa calle ocho aquí en Tijuana.


Rubén Naranjo, primo mío, apodado el “Speddy González”, tenía una novia, su actual esposa, de nombre Rosa, el cual era vacilado así, por la letra de aquella canción que “refritió” en español Manolo muñoz y que decía entre otras cosas: …”Speddy González al rancho llegó…”, “¡Hey Rosita quieres comer tortillas con frijoles y chile…¡” . Me conto que en una ocasión le dieron un “levantón” enfrente de nuestra casa (rentada, por supuesto) ahí en la More…Se lo llevaron a “la Ocho” junto con sus amigos y posteriormente mi padre fue a pagar la multa, preguntando éste, por la razón de la detención de mi primo, solo le dijeron que eran “redadas” de pachucos antisociales. En aquel entonces mi primo era empleado de la agencia automotriz Ford, y ni él ni sus amigos eran pachucos antisociales.


Aunque como es natural, si había pachucos de esta condición, y hasta algunos de ellos se aprovecharon del rumorado caso de “La Enlutada”; (una aparición) que corría de boca en boca en toda la colonia en la década de los cincuenta, se trataba de una mujer que vestía toda de negro, dueña de un largo vestido mortuorio, un chal sobre sus cabellos igual de oscuros y un rebozo que le cubría la mitad del rostro.


Nadie supo nunca de dónde provenía, si portaba el luto por la ausencia de algún hijo, el esposo u otro familiar, y tampoco las causas por las cuales la espectral figura trazó un fantasmal y nocturno recorrido de la Colonia Morelos, allá por la calle Tlaltizapán hasta llegar al centro de la ciudad.


Pero nadie supo el fin que tuvo aquella “Enlutada” que de pronto surgió de la noche, causó general susto y se esfumó sin dejar rastro.


Sus recorridos generaron todo tipo de historias y versiones del porqué de sus apariciones.



"Este “método” de vestir de negro y asustar a la gente fue copiado por asaltantes callejeros, (los referidos pachucos “malillas”), quienes aprovecharon así la fama y el miedo que la presencia de la mujer de negro despertaba entre la gente, para disfrazarse y cometer sus fechorías.


Tuvo que intervenir la Policía para poner orden, con recorridos por las callejuelas más oscuras, donde lograron detener a muchos vivales, pero jamás registraron oficialmente la presencia de aquella dama de la noche: La Enlutada". (Frontera.info)

sábado, 10 de enero de 2009


Para qué… estudiar y enseñar la historia

LIC. PEDRO RIVERA BRISEÑO


A continuación se transcriben algunos de los fragmentos más importantes de la conferencia “Para qué estudiar y enseñar la historia”, enunciada por el Dr. Enrique Florescano Mayet,(1) el 01 de septiembre del año 2000, en el Aula Isóptica (audiovisual) de la Unidad de Estudios Avanzados de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.

El estudio de la historia es una indagación sobre el significado de la vida individual y colectiva de los seres humanos en el transcurso del tiempo. Hasta el momento no se ha encontrado otra guía mejor para adentrarse en la complejidad de la existencia humana que este arte, inventado en los albores de la humanidad.


Dotar a un pueblo de un pasado común y fundar en ese origen remoto una identidad colectiva, es quizá la más antigua y la más constante función social de la historia. La inquisición histórica nos abre al reconocimiento del otro y, en esa medida, nos hace partícipes de experiencias no vividas pero con las cuales nos identificamos y formamos nuestra idea de la pluralidad de la aventura humana.

El oficio de historiador exige una curiosidad hacia el conocimiento del otro, una disposición para el asombro, una apertura a lo diferente y una práctica de la tolerancia. En este sentido podemos decir que la historia es el oficio de la comprensión.


En los dos últimos siglos, pero sobre todo en el que está por terminar, el estudio de la historia se convirtió, más que en una memoria del pasado, en un análisis de los procesos del desarrollo humano, en una reconstrucción crítica del pasado.


Cuando el estudioso de la historia analiza los hechos ocurridos en el pasado se obliga a considerarlos según sus propios valores, que son los valores del tiempo y el lugar donde esos hechos ocurrieron.

Al proceder con este criterio de autenticidad, el historiador le confiere a esas experiencias una significación propia y un valor duradero, único e irrepetible dentro del desarrollo humano general. Por esa vía las experiencias individuales y los actos nacidos de la intimidad más recóndita se convierten en testimonios imperecederos, en huellas humanas que no envejecen ni pierden valor por el paso del tiempo.

Dice Ruggiero Romano(2) que cuando una vez le preguntaron por qué había elegido la carrera de historiador y no otras que parecían más excitantes, respondió: para leer bien los periódicos. Con esta ocurrencia quería decir que uno de los atractivos más interesantes de la historia es la posibilidad que ofrece de aprender a ver, más allá del escrito, la intención del que escribe... En suma, la investigación histórica enseña que no (existe) solamente el texto, sino sobre todo el contexto; que uno no puede servirse de un texto sin la crítica (filológica, semántica, conceptual) de ese mismo texto; que el acontecimiento aislado es poco significativo y que lo que cuenta es el mecanismo que articula un conjunto de acontecimientos.

En una obra ejemplar, que resume las bondades y los peligros del oficio de historiador, dice Luis González(3) que en la medida en que el historiador tuvo mayor cuidado en la crítica y selección de sus fuentes, mejoró sus métodos de análisis y entró en contacto con las ciencias y las disciplinas humanistas, en esa medida se transformó en un impugnador de las concepciones del desarrollo histórico fundadas en los mitos, la religión, los héroes providenciales, los nacionalismos y las ideologías de cualquier signo.


La conciencia de que nuestras vidas se realizan en el tiempo y se modifican con el transcurrir temporal la adquirimos primeramente en el seno de la vida familiar y en el propio entorno social.
La historia al recoger y ordenar el conocimiento del pasado, se convierte en el almacén de la memoria colectiva, en la salvaguarda de la nación. La historia es el saber que da cuenta de las raíces profundas que sostienen las sociedades, las naciones y las culturas y, asimismo, es la disciplina que esclarece el pasado de los individuos: es el saber que desvela las raíces sociales del ser humano.

Desde el inicio de la vida civilizada el conocimiento histórico ha sido el mejor instrumento para difundir los valores de la cultura nacional y para comprender el sentido de la civilización. En ese sentido la enseñanza de la historia es uno de los conductos más adecuados para conocer los valores universales que han guiado a la humanidad y un transmisor eficaz de los valores e identidades nacionales.

La reforma de la enseñanza de la historia y del sistema educativo no puede olvidar que la enseñanza “nunca es una mera transmisión de conocimientos o destrezas prácticas, sino que se acompaña de un ideal de vida y de un proyecto de sociedad”. Como dice Savater,(4) el proyecto democrático y universalista de educación debe rechazar “el servicio a una divinidad celosa cuyos mandamientos han de guiar a los humanos”, sea ésta “el espíritu de una nación o de una etnia”, de una clase o de un Estado.

Para llevar a cabo esta reforma sabemos que se requiere el esfuerzo conjunto de maestros y pedagogos, de alumnos y padres de familia, de las autoridades educativas y del conjunto de la sociedad. Espero entonces que esta obra (Para qué estudiar y enseñar la historia) sea especialmente leída por los maestros, a quienes está dedicada.

Semblanza consultada:


(1) Historiador mexicano, autor de numerosos libros y artículos sobre una diversidad de temas de la historia mexicana: el pasado prehispánico, la historiografía, la historia económica y social, la memoria, los símbolos y los mitos, las identidades, etcétera. Se le considera uno de los principales renovadores de la investigación histórica, pues introdujo en México el enfoque historiográfico de la escuela francesa de los Anales, con su interés por el estudio de los largos procesos históricos desde la perspectiva económica y social. (enriqueflorescano.com/main.asp - 15k)


(2) Uno de los más importantes exponentes de la historiografía económica del siglo XX de origen italiano, y uno de los profesores más eminentes que tuviera la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de la capital francesa y fallecido en 2002.(Hampe Martínez, Teodoro: Revista de Historia de América)


(3) (San José de Gracia, Michoacán; 11 de octubre de 1925 - 13 de diciembre de 2003), Reconocido como un comprometido precursor en el estudio de la Historia, parte integral de su obra está constituida también por los innumerables artículos y ensayos que Don Luis González y González a lo largo de décadas ha dejado diseminados en revistas especializadas en historia y en muchas otras de contenido e información cultural, como Historia de América, América Indígena, Vuelta, Nexos y Humanistas. Lo mismo que las diferentes fichas y colaboraciones realizadas para enciclopedias y diccionarios especializados, en español y otros idiomas. (Personalidades, Senado de la República, LX Legislatura)


(4) Fernando Fernández Sabater Martín (San Sebastián, 21 de junio de 1947) es un filósofo, activista y escritor español. Novelista y autor dramático, destaca en el campo del ensayo y el artículo periodístico. Premio Planeta de novela 2008 con La hermandad de la buena suerte. (es.wikipedia.org/wiki/Fernando_Savater - 62k -)


Texto del artículo.
Fuente: www.geocities.com/revista_conciencia/florescano.html - 18k -

Semblanzas consultadas: Lic. Pedro Rivera Briseño
Correo electrónico:
mrhistoria@hotmail.com
Blog: http://historialamesa.blogspot.com/


Examen de Comprensión lectora
Tema: Para qué… estudiar y enseñar la historia.



Nombre del alumno (a) ----------------------------------------------------------------
Grado--------- Grupo----------

Actividad: Comprensión lectora
Instrucciones:

1. leer el artículo
2. pasar a Word el examen de comprensión lectora
3. subrayar en la misma computadora la opción que consideres correcta
con la función correspondiente: S
4. imprimir y en la siguiente clase me entregas el documento


1.- ¿Quien dicta la conferencia?:
a). Pedro Rivera Briseño
b). Enrique Florescano Mayet
c). Ninguno de los anteriores

2.- Cuando se analiza la historia debe ser desde una perspectiva:
a). Del lugar y tiempo en que ocurrieron los hechos
b). Desde el lugar y presente de quien analiza la historia
c). Las perspectivas anteriores no tienen sentido

3.- Según este texto, ¿Cuál es la función social de la historia?
a). Dotar al pueblo de un pasado común
b). Curiosidad hacia el conocimiento
c). Ninguna de las anteriores

4.- Esta es una de las características de quien escribe la historia:
a). Asumir una actitud a priori de los hechos
b). Asumir una actitud de tolerancia
c). Ninguna de las anteriores

5.- El conferencista sostiene que en el siglo XX:
a). La historia se convirtió en una memoria del pasado
b). La historia se convirtió en una reconstrucción critica del pasado
c). Ninguna de las anteriores

6.- Cuando se analiza la historia con una visión propia, pero con una perspectiva del lugar y del tiempo se le estará otorgando:
a). un criterio de autenticidad
b). un testimonio perecedero
c). Ninguna de las anteriores


7.- Dice el historiador de origen italiano Sabater, que cuando una vez le preguntaron por qué había elegido la carrera de historiador y no otras que parecían más excitantes, respondió: para leer bien los periódicos. Con esta ocurrencia quería decir que uno de los atractivos más interesantes de la historia es la posibilidad que ofrece de aprender a ver, más allá del escrito, la intención del que escribe... el contexto.
a). Verdadero
b). Falso
c). Existe un error en el planteamiento de la pregunta.